Morris Engel y Ruth Orkin en San Benito

Desde el 12 de Enero y hasta el 20 de Febrero el matrimonio formado por Ruth Orkin y Morris Engel visita la sala de Exposiciones de San Benito en Valladolid. La mayor parte de la obra expuesta en la muestra se puede clasificar como fotografía callejera (Street Photograpy), en la que se retrata la vida en Nueva York entre los años 40 y 80.

Ruth Orkin nace en 1918 y comenzó a hacer fotos con 10 añitos. En la década de los 40 ya colaboraba con las principales revistas neoyorquinas, retratando a los principales músicos de la época. A principios de los 50 viajó por Europa mientras trabajaba en la serie Don’t be Afraid to Travel Alone (No Tengas Miedo de Viajar Sola) sobre mujeres viajando solas en la Europa de la posguerra. Esta serie incluye la colección American Girl in Italy (Chica Americana en Italia), de la que podréis ver algunas muestras en la exposición. A su vuelta, se casó con Morris Engel, colaborando con él en sus proyectos cinematográficos, pero sin dejar de trabajar en sus propios proyectos fotográficos, centrados ya sobre todo en la vida en Nueva York, incluyendo la publicación de dos libros de fotografías tomadas desde su apartamento en Central Park.

Morris Engel nace en Nueva York en 1918. Formó parte desde muy jóven de la Photo League, cooperativa de fotógrafos que reunió a algunos de los fotógrafos más famosos de mediados del siglo XX. Antes de la guerra trabajó como fotógrafo de prensa, y sirvió en la II Guerra Mundial como fotógrafo. A su vuelta, trabajó para diversas revistas de tirada nacional. Destacó sobre todo en el mundo cinematográfico, donde contribuyó al desarrollo de una revolucionaria cámara de 35mm, que utilizó para realizar algunas películas consideradas revolucionarias y grandemente aclamadas en la época (podéis ver algunas secuencias en proyección en la exposición). En el plano fotográfico, se dedicó sobre todo a documentar la vida de los neoyorquinos de la época.

La exposición muestra por separado los trabajos de Orkin y Engel, organizados además de forma cronológica. Así, en la primera sala encontramos las obras de Orkin, en las que se aprecia una evolución importante tanto en la calidad técnica como en el trabajo de composición desde sus primeras obras a su producción final. Es especialmente sobresaliente la serie de retratos de celebridades, aunque la selección mantiene un gran nivel.

En la segunda sala encontramos los trabajos de Engels, con composiciones «cándidas» y retratos espontáneos de la vida en la ciudad de Nueva York. Merece la pena destacar la serie de panorámicas en color realizada ya en la década de los 70, en la que Engels compone imágenes mediante la fusión de series de tres fotografías de formato 3:2  colocadas en una fila horizontal, consiguiendo sorprendentes tomas que introducen de lleno al espectador en la escena.

En resumen, una muy buena exposición, que merece la pena visitar tanto por la calidad  de las fotografías como por su valor documental.

Id a visitarla, y contadnos vuestra opinión 🙂

Carlos García